Las anomalías van desde una cornisa que ‘baila’ a problemas
estructurales que requieren una actuación inmediata.
Los edificios plurifamiliares más antiguos del Camp de Tarragona
tienen muchas deficiencias y más de la mitad de ellos ponen en riesgo la
vida de sus habitantes en mayor o menor medida.
Este dato demoledor se
ha ‘descubierto’ en un primer informe elaborado por el Col·legi
d’Aparelladors i Arquitectes Tècnics de Tarragona (COAATT) tras estudiar
el número de edificios que sus colegiados han inspeccionado en 2012 en
diferentes ciudades y municipios.
Estos datos no son la totalidad de las
Inspecciones Técnicas de Edificios (ITE) realizadas en 2012, puesto que
el Col·legi Oficial d’Arquitectes de Catalunya (COAC) ha examinado
otros 27 edificios y existen casos de inspecciones independientes de los
dos órganos.
De las 195 inspecciones del COAATT, 102 –el 52%– entrarían en este apartado de
«riesgo para las personas».
A pesar de la contundencia de los datos, los
informes de los colegiados no implican que los edificios deban vaciarse
de inmediato por riesgo de derrumbe.
Pero sí reflejan que las anomalías
pueden ir a más y ello causar daños a las personas que viven en ellos o
que pasen por su lado.
El secretario del COAATT, explica que «aunque el número de viviendas con anomalías con
riesgo puede parecer alto, hay que tener en cuenta que tienen más de 80
años. Aquí no tenemos conciencia de mantenimiento y las patologías así
lo demuestran».
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