viernes, 24 de mayo de 2013

EL AYUNTAMIENTO REQUIERE EL VALLADO DE LOS SOLARES VACIOS


Licencias ordena peinar la ciudad para obligar a que se vallen los solares vacíos


La crisis del ladrillo se ha manifestado en grúas que no se mueven desde hace meses, esqueletos de hormigón que aspiraron a ser edificios y, sobre todo, muchas parcelas de suelo urbano que, como tal, ya pertenecen a áreas urbanizadas e integradas en la trama urbana y que están destinadas a albergar viviendas.

En los años en que la abundancia lo dominaba todo, y con el ánimo de intervenir en el mercado para paliar el incremento exponencial del valor de mercado de las viviendas, las administraciones, o al menos algunas de ellas, legislaron para tratar de evitar que esas parcelas durmieran el sueño de los justos mientras su cotización crecía como un bizcocho en el horno del mercado.

Pero todo eso es pasado y activar ahora los mecanismos articulados entonces, como el Registro de Solares en el caso de la ciudad de Burgos, supondría tratar de meter con calzador en el mercado un elevado porcentaje del suelo residencial por construir. Además, no funcionaría porque la demanda es igual o muy aproximada a cero.
Así que, salvo esperar vientos más cálidos para el sector, poco se puede hacer para que los solares adquieran tres dimensiones. Toca convivir con ellos, pero eso no significa que haya que hacerlo de cualquier manera. La Concejalía de Licencias, dirigida por Dolores Calleja, ha determinado que, después de haber retirado las grúas inertes, de haber puesto en marcha la Inspección Técnica de Edificaciones y de haber peleado contra las ruinas por media ciudad, es hora de mirar hacia el suelo.

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