lunes, 20 de abril de 2015

SOLO 249 EDIFICIOS HAN PASADO LA ITE EN GIPUZKOA

“Recomendamos que la ITE sea lo primero que se realice si se plantea hacer algún tipo de obra” “El principal problema que vemos son entradas de agua, que pueden dañar la estructura”
DONOSTIA -Por el momento, 249 edificios del parque de viviendas guipuzcoano han pasado la Inspección Técnica de Edificios (ITE), implantada en 2013. Es un examen obligatorio para los 31.000 inmuebles que habrán cumplido 50 años antes de 2017, y para aquellos que tengan más de 10 años y cuyos vecinos hayan solicitado ayudas al Gobierno Vasco para acometer obras de rehabilitación.
“En los últimos 150 años ha cambiado mucho la manera de construir edificios. Hay muchos que son antiguos y es necesario organizarlos”, explica Judith Ubarrechena, arquitecta y vocal de la Delegación de Gipuzkoa del Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro. En el terreno de las inspecciones de edificios, la CAV ha sido “pionera” a nivel autonómico. Ubarrechena explica que la rapidez para legislar dio lugar a la Ley del Suelo de 2006, un decreto que ya implantó una inspección de los edificios. No obstante, esta arquitecta revela que “no se supo transmitir el concepto de mantenimiento” porque la gente entendía la ITE como “otro impuesto más que pagar” y no como una herramienta de seguridad. Además, entonces no se dotaron de medios para cumplir esta inspección, con lo que se llevaron a cabo muy pocas.
2018 ES EL NUEVO LÍMITE “Hace un par de años ya teníamos una fecha límite, que era el año 2015, para edificios de más de 50 años. Pero cuando estábamos ya en esa situación, en 2013 a nivel estatal se hizo una ley que ampliaba la ITE”, detalla. La Comunidad Autónoma Vasca se apegó a ella, flexibilizando los plazos. En la actualidad, la fecha límite para los edificios que hayan cumplido 50 años antes del 26/07/2017 es de un año a partir de la fecha. Es decir, que tienen hasta 2018 para pasar la ITE. Asimismo, con la ley del 2013 se incorporó una segunda parte que recoge las condiciones de accesibilidad y una tercera, que es el certificado de eficiencia energética, ambas estrictamente informativas.
Además de estos inmuebles “antiguos”, entre los que se incluyen los edificios catalogados y los de fuera de ordenación, los edificios de más de 10 años que soliciten ayudas para obras de rehabilitación también precisan la ITE. Y casi el 100% de los edificios que requieren estas obras, poseen más de 10 años, con lo que deben superar la inspección. En ese caso, la ITE indicará si la obra que se pretende hacer es prioritaria o primero hay que acometer otra obra con la que no se había contado, pero más urgente. Y si no se hiciera, el ayuntamiento podría hacerla subsidiariamente si la comunidad se niega a hacerla. “Nuestra recomendación es que la ITE debe ser lo primero que haga una comunidad cuando se está planteando que tiene que hacer algún tipo de obra. Antes de encargar el proyecto y presupuestos, necesitas saber qué es lo que le hace falta al edificio”, anuncia.
UN DIAGNÓSTICO VISUAL “La ITE es un diagnóstico del edificio para ver en qué situación se encuentran sus elementos principales, con respecto a la seguridad y a las condiciones de habitabilidad de los usuarios”, comenta Ubarrechena. Es una inspección visual que tiene una validez de 10 años. “No es agresiva para el edificio porque no se va a tocar ningún elemento, aunque si en su transcurso el técnico estima que hay que hacer catas, puede incorporarlas”, añade la arquitecta.
Los elementos que se estudian son la estructura, la fachada, la cubierta, y la parte comunitaria de redes de agua, tanto la de abastecimiento como la de evacuación. “La fachada y la cubierta son dos elementos que si se deterioran, pueden desprenderse tejas, remates o revestimientos y caer a la vía pública encima de la gente”, aclara. De hecho, el problema más frecuente suelen ser las entradas de agua, causadas por el clima, que pueden derivar en problemas estructurales. Las redes de agua también implican que, en caso de un escape, puedan causar los mismos problemas.
Una vez inspeccionado el edificio, “el resumen final es un dictamen en el que se ve qué cosas hay que hacer y hay cinco escenarios distintos”, manifiesta Rafael Niño, secretario de la Delegación del Colegio de Arquitectos en Gipuzkoa. El primer nivel es el más urgente, porque existe un peligro inminente que exige una actuación en menos de 24 horas. El segundo son obras muy urgentes que tienen un plazo de seis meses. El tercero es urgente y conlleva un año de plazo. El cuarto se refiere a las reparaciones y el quinto al mantenimiento, por lo que no hay obras implicadas. “Los tres primeros niveles son los que obligan a hacer obras y se comunica expresamente al ayuntamiento”, añade Niño, a lo que Ubarrechena completa que “si la ITE va en un expediente de ayudas del Gobierno Vasco (por ser de un edificio de más de 10 años), se supedita la concesión de ayudas a que la comunidad presente el presupuesto de lo que quería hacer y que incluya lo que aparece en la ITE en esos tres casos”.
LIBRO DEL EDIFICIO Además de mirar estos cuatro elementos, a partir de la ley de 2013, también se examinan las condiciones de accesibilidad y la eficiencia energética de los edificios. Esta última parte lleva tiempo, porque es necesario revisar todas y cada una de las viviendas para hacer un promedio de la eficiencia, porque cada hogar cuenta con instalaciones individuales diferentes. No obstante, por lo general la realización de la inspección puede tomar dos días, dependiendo del número de pisos y viviendas de cada edificio. Asimismo, existe la creencia de que una ITE cuesta 1.000 euros, algo que desmiente Niño y añade que el Gobierno Vasco está estudiando la concesión de ayudas para hacer frente al coste de la ITE, pero por el momento no están disponibles.
“Después de la revisión de los elementos, el arquitecto plantea un mantenimiento, como revisar los sumideros periódicamente para ver si están atascados”, aclara Ubarrechena. Posteriormente a las obras necesarias, la comunidad debe encargar que se elabore un libro del edificio, en el que consten las pautas de mantenimiento y un seguimiento de las obras realizadas a lo largo de la vida de la edificación. Así se trata de preservar en las mejores condiciones posibles el edificio de cara a la ITE de los diez próximos años.
Fuente: www.noticiasdegipuzkoa.com/

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