sábado, 21 de marzo de 2015

LA MITAD DE LOS EDIFICIOS EN ESPAÑA SON POCO EFICIENTES

Aprobamos por los pelos, pero podemos mejorar. Desde que el 1 de junio de 2013 entrara en vigor la normativa que obliga a los todos los inmuebles en régimen de venta y alquiler salvo algunas excepciones, a tener un certificado energético, los resultados no son especialmente halagüeños.
Los últimos datos oficiales, elaborados por el Idae, dicen que cerca de 650.000 edificios existentes en España cuentan con un certificado de estas características y que son poco más de 14.000 los edificios nuevos certificados.
Lo que más preocupa no es solo el número de inmuebles que aún están sin certificar, sino que el 45 por ciento han obtenido la calificación E, la tercera peor en la escala total, siendo la A la más eficiente y la G la menos eficiente, según el consumo de energía y las emisiones de CO2, mientras que el 28 por ciento han obtenido la peor calificación: la G.
Fuente: http://www.e-cuatro.es/ 
A pesar de todo, nos comenta Inés García, responsable de comunicación de certicalia.com, los datos son los esperados. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los edificios construidos en España son anteriores a 2007 y por aquel entonces no había normativas que obligaran al aislamiento. Ahora la situación es diferente y los edificios posteriores a esta fecha ya incluyen este tipo de medidas.

El técnico evalúa la envolvente del inmueble -fachada, ventanas, suelos, tejados, muros, puertas- y las instalaciones que producen la energía -calefacción, ACS y aire acondicionado- y, en base a los resultados obtenidos, hace una serie de recomendaciones al propietario para mejorar la calificación de su propiedad.
Subir un escalón -en este caso una letra- puede ser tan sencillo como cambiar las ventanas por otras con mayor aislamiento o poner una caldera más eficiente que aproveche el calor producido en la combustión. Un gasto que habría que enfocarlo como una inversión y que suele ser menos gravoso para nuestro bolsillo con las ayudas de los Planes Renove a nivel autonómico ó al Plan Estatal de Fomento del alquiler de viviendas, la rehabilitación edificatoria, y la regeneración y renovación urbanas 2013-2016.
Falta de información y de vigilancia en el cumplimiento
El precio ya no es excusa. Es cierto que los primeros certificados que se hicieron en España costaban, de media, entre 120 y 150 euros; sin embargo, la competencia es tan elevada que los técnicos se han visto obligados a reducir el precio prácticamente a la mitad, siendo más baratos en regiones más pobladas donde la demanda es mayor que en otras donde el número de inmuebles baja considerablemente.
Por otra parte, el hecho de que sea obligatorio contar con un certificado energético o que existan multas por incumplimiento -que pueden ir desde los 300 hasta los 6.000 euros según la gravedad de la infracción-, no parecen ser armas suficientes para que el número de certificaciones aumente.

Fuente: http://www.eleconomista.es/ 

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