Muchos técnicos compiten para construir o reformar viviendas
particulares a través de licitaciones privadas similares a las que hace la
Administración pública.
La crisis ha afectado a
los arquitectos españoles, cuya actividad ha sufrido una caída superior al 70%,
señala José Antonio Granero, decano del
Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM). Más
de 7.000, de los casi 62.000 existentes, han emigrado tanto dentro como
fuera del continente europeo, añaden en
el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE).
Los supervivientes, han ido esquivando los sinsabores de la
crisis inmobiliaria bajando honorarios, reciclándose o integrándose en
colectivos
y echando mano de la innovación y la creatividad.
Una pareja de holandeses dueños de una parcela de 70.000 metros
cuadrados y una construcción en ruinas en Collado de la Vera (Extremadura), han optado por la
fórmula del concurso para que arquitectos nacionales e internacionales compitan
por crear su vivienda nueva para dos personas,
casa de invitados y taller
agrícola.
“El cliente evita la preocupación de contactar con un sinfín de
arquitectos sin conocer su profesionalidad”, explican en Selecta Home.
El matrimonio ahorrará un 14% de media respecto a los
presupuestos que manejaba.
El nuevo modelo de
negocio puesto en marcha por un grupo de jóvenes arquitectos hace un año,
premiados en diferentes certámenes de emprendedores, como el Zinc Shower 2014
en Madrid.
Se trata de un concurso
privado (similar
a los que convocan las administraciones públicas), donde la empresa actúa de filtro y
selecciona cuatro de los casi 30 estudios en cartera. Aunque la lista no es
cerrada.
Cada arquitecto presenta su propuesta (con planos, secciones,
infografías, maquetas y memorias), aunque todos deben ceñirse al presupuesto
tope fijado por el cliente.
“Los arquitectos no compiten tanto en números, como en calidad,
y el cliente no se fija sólo en el precio y atiende a la arquitectura”, explica
Joaquín Juberías, CEO de Selecta Home.
A diferencia de los
concursos convencionales en los que los estudios no
ganadores
no cobran, aquí perciben unos honorarios
que asumen las empresas Porcelanosa y Siematic, marcas con las que se
trabaja. Sus probabilidades son del 25%, frente al 0,50% de concursos más
abiertos.
La experiencia de estos
jóvenes arquitectos en diferentes países y estudios, les ha permitido observar
con ojos críticos la actual situación de la construcción en España
caracterizada “por la inadmisible falta
de profesionalidad, desinformación, transparencia económica y exceso de
competencia”. Creen que es el momento para innovar.
La incursión del low cost ha sido otra respuesta a la crisis. El problema es que muchos arquitectos
están tirando los honorarios por los suelos y hay una competencia brutal.
Los colectivos han sido la baza de algunos otros arquitectos
para sortear la crisis. Se trata de organizar el estudio en una concepción no
jerárquica y asamblearia. Es la arquitectura sin arquitectos. Los colectivos,
que huyen de la idea individualista del autor, son una tradición
alternativa al trabajo convencional que ya existía y que la crisis ha
reforzado.
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